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Gemelas Espinosa viven felices en Miami

“Le ofrecemos a nuestra madre lo que ella merece”: Visitar el hogar de las gemelas Espinosa en Miami es palpar de cerca la felicidad. Luisa y Silvia recibieron por nombre al nacer en Guantánamo tras un muy difícil parto que sorprendió a todos, menos a mamá que siempre supo que venían dos, pues ella sentía pataditas por dos lados distintos en su voluminosa barriga. No obstante, los que las conocen las identifican como Vicky y Linda y ambas trabajan en el empeño de mantener a su mamá viviendo una vejez linda, la que ella merece.

Las gemelas Espinosa cuentan una bella impronta de vida: las piscinas del mundo las acogieron en las décadas de los 70 y 80, siempre compitiendo con una pareja diferente; o sea, nunca les permitieron a pesar de ser idénticas, competir juntas en el extranjero ¿la razón? Aún ellas se lo preguntan. 2009 marca un año de giro para las Espinosa. Las pésimas condiciones habitacionales de la familia en La Habana, sin que a nadie le importara ni nadie las apoyara provocó que Silvia (Linda), decidiera abandonar su compromiso en el curso de solidaridad olímpica que tuvo por sede a Colorado y en el que tomaba parte como jefa de la comisión de reglas y arbitraje del nado sincronizado de Cuba (hizo llegar toda la documentación de su trabajo a La Habana) No fue nada fácil la separación; tres años y medio estuvieron separadas: lágrimas, insomnio, desvelos y hasta ataques de pánico y todo eso a pesar de contar con la tecnología que les permitió un contacto diario. Al fin, en julio de 2013 esta familia, las gemelas, su mamá y el hijo sobrino de las Espinosa volvieron a reunirse. A pesar de nunca haberlo pensado, la decisión de abandonar la Isla fue provocada por el irrespeto con que eran tratadas, después de haberles dado la vida al deporte en su país.

En Miami dirigieron un club de nado sincronizado pero el tiempo no pasa por gusto y ahora Linda trabaja en el ámbito de los seguros y Vicky cuida responsablemente a la mariposa en casa, su señora madre. que ya es muy mayor y padece de Alzheimer. Linda y Vicky impusieron su clase en el duetto en cuanta competencia nacional se realizaba; internacionalmente, a partir de 1975 cuando integran la selección nacional, competían con otra pareja. Las Espinosa asistieron a cuatro Campeonatos Centroamericanos Infantiles y Juveniles, tres Juegos Panamericanos y tres Juegos Centrocaribeños, mientras al Campeonato Mundial de Ecuador en 1982 fue Vicky con Uina D’acosta. Todos esos resultados son de una y otra porque una de las cosas que no se comprende es que nunca les permitieron hacer dueto internacionalmente a pesar de ser idénticas, dos gotas de agua: Silvia hizo pareja con Lourdes de la Guardia ganando medalla de oro en el CCCAN de México 75 y también con Raisa Suárez en un Roma Syncro. La mamá de las Espinosa, la señora Cuca, siempre ha afirmado que “era demasiado brillo para dos negras” y la verdad es que, aunque no quisiéramos aceptar su teoría, tampoco la descartamos del todo. Algo importante y que pocos saben es que, al hacer base de entrenamiento en la entonces Unión Soviética, las cubanas sembraron la semilla del nado sincronizado en esa nación que hoy es potencia en el universo. Entretanto, en Cuba la bella disciplina está sumida en el más terrible ostracismo.

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