Avileño de nacimiento (Morón), enamorado de Industriales, manager de los combativos Metropolitanos, Eulogio Vilanova es todo un personaje. Hablar con él es recibir en sangre la historia del béisbol cubano. Parte hacia La Habana en 1984 en pos de nuevas oportunidades y como se le daba muy bien dirigir, lo hizo en todos los niveles desde 1972, incluyendo la Liga de Desarrollo. Llega a la Serie Nacional comandando a una tropa entusiasta y combativa: los Metros, equipo que según afirma “nunca debió desaparecer” Vilanova reconoce el apoyo que siempre recibió por parte de Manuel “el chino” Hernández, Juan “coco” Gómez e Iván Davis. Hombre honesto, agradable, comunicativo explica cómo al llegar a los Metros, segundo elenco de la capital, prometió llenar el Latinoamericano y lo cumplió.
Habla con orgullo de sus corajudos muchachos, guiados por Enriquito Díaz. Hace más de dos décadas vive en Miami donde hizo lo que le gustaba: enseñar pelota. Ahora es chofer de la clínica Cano Health, a donde asegura va a jubilarse. A sus 58 años quiere estar tranquilo y ver los toros desde la barrera.
Eulogio Vilanova celebra cada triunfo de un pelotero cubano en la MLB y es de los que defiende que el béisbol cubano debe profesionalizarse si quiere salir del bache en que está sumido y evitar así la estampida de jugadores, que ya se extiende a las más tiernas edades. Eulogio Vilanova está casado hace muchos años con Magaly, tiene dos hijos y tres nietos.